El vibrante Superclásico del sábado último en La Bombonera dejó infinidad de temas que siguen bajo el análisis de la patria futbolera, pero inmediatamente después de que el 2 a 2 con Boca pasara a formar parte de la historia, Riverdio vuelta la página y se enfocó en el nuevo desafío que aparece en su camino: el de hoy por la noche, desde las 21:30, ante Palmeiras, que pondrá en marcha las semifinales de la Copa Libertadores. Las acciones en el estadio de Independiente serán conducidas por el uruguayo Leodán González y se podrá seguir por la señal de ESPN.

 
Durante una serie que se completará el martes próximo en Brasil, el equipo de Marcelo Gallardo buscará acceder por tercera vez consecutiva a la final del certamen, tras ganar la de 2018 frente a Boca y perder la de 2019 contra Flamengo.

En esta oportunidad, el Millonario transitó sin mayores problemas por la fase de grupos, superó a Paranaense en octavos de final y en cuartos aplastó a Nacional de Montevideo con dos victorias y un categórico resultado global de 8 a 2 en la llave. Pese a la inevitable renovación que impone el paso del tiempo, River mantiene los trazos gruesos de su estilo, el peso que le dan las individualidades y, sobre todo, el hambre de gloria que distingue a este ciclo tan exitoso que comenzó en 2014.

¿El cruce reciente con Boca habrá sido un aperitivo de otra final de Copa Libertadores entre ambos? Imposible adivinarlo. La chance existe, pero el veredicto lo entregarán el enfrentamiento que comenzará hoy y el que arrancará mañana entre el Xeneize y Santos.

Por lo pronto, en La Bombonera, River rindió un examen exigente y atravesó por distintos momentos: perdía, ganaba, le igualaron y el marcador dejó en suspenso el desenlace del Grupo A de la Fase Campeonato en la Copa Diego Maradona, donde los "primos" comparten el liderazgo a una fecha del cierre.

Palmeiras, que llegará más descansado porque no tuvo actividad el fin de semana, se presentará en Avellaneda mostrando muy buenos antecedentes. En el campeonato brasileño viene con algunos altibajos, pero los números en la Libertadores son perfectos: ocho triunfos y dos empates lo convierten en el único invicto de la competencia, apuntalado por un saldo de goles -29 a favor y apenas 4 en contra- que refleja su contundencia y su equilibrio. River, por supuesto, respeta el poderío del adversario, pero también confía en el amplio y prestigioso bagaje de recursos que lo llevó a celebrar muchas veces en los últimos años.