En enero de este año, cuando nada hacía suponer que en el mundo se desatara una terrible pandemia y que en Argentina murieran 32.000 personas, la presidenta del SAMCo-Hospital de San Gregorio, Débora García, recorría la calle Cabanius, en una noche de nutrida presencia de público por el festejo carnavalesco, con una urna pidiendo a la concurrencia una ayuda para que se pudiera mantener las guardias activas en el Hospital.

Jamás había visto tamaña acción, y fue noticia en El Informe un día lunes. La presidenta del SAMCo recorría las calles del corso, pidiendo colaboración para que esos mismos sangregorienses tuvieran atención médica y no se corten las guardias activas. Era el mundo del revés.

El destino suele poner las cosas en su lugar, en marzo se declara como pandemia el coronavirus, y de pronto mes a mes fue el hospital el que tomó las riendas sanitaristas de nuestro pueblo, y el dinero que antes no aparecía, mágicamente apareció y se cubrieron las guardias activas y una joven médica la directora Alicia Simón y todo su equipo de médicos, de enfermeras/os y personal no profesional, se puso al frente de la salud de la población.

Hoy se los reconocen y se llama héroes a los médicos/as, equipo radiológico, enfermeras/os, resto del personal; el destino se encargó de poner al Hospital en su verdadero lugar: son la garantía de atención pública de la salud de la población.

Y si hay responsabilidades que el Covid-19 tenga transmición comunitaria hoy en nuestro pueblo, con 27 casos activos y en crecimiento, no es precisamente por el lado sanitarista que el hecho se produjo, sino que fue el tiempo transcurrido que invariablemente llevó a la población a relajarse y la seguridad y prevención ya no pudo evitar la entrada del Covid-19 a San Gregorio.

Días atrás, para algunos vecinos había ocurrido una catástrofe, el esposo de la doctora Simón, que es médico también, se contagió de Covid-19, ergo ambos debían quedar en cuarentena. Pero la directora del Hospital se encargó de avisar que dos profesionales se turneaban en la atención de las guardias médicas y que, con un enorme desgaste de todo el equipo médica/o-enfermera/o, iban a trabajar cubriendo las urgencias. Pero pedía por favor que no concurran al Hospital si no eran emergencias.Y que ella seguía conduciendo el Hospital desde su casa.

El Hospital nunca abandona, ni abandonará al pueblo, lógico con la apoyatura de la Comuna de San Gregorio detrás, pero que nos sirva de lección. En enero se mendigaba apoyo y ¿hoy son héroes?, las cosas en su lugar nos muestra que son seres humanos extenuados hasta el último aliento, que exponen sus vidas por los vecinos de San Gregorio, pero que lo hacen por servicio y por amor al Hospital y a la gente y trabajan codo a codo.

Ni héroes...ni mendigos.

Por: Gregorio Sogno /El Informe