En pleno brote de coronavirus y en plena etapa de contención, las normas y recomendaciones provenientes del gobierno nacional son claras: cese de actividades no esenciales y aislamiento social. Todo se hace en pos de evitar lo mayor posible el contagio del coronavirus, sin embargo en Rosario y Santa Fe aparecen algunas contradicciones provenientes de la administración pública.

Es que las gestiones provincial y municipal todavía mantienen varias tareas de forma normal, que implican reuniones de varias personas, audiencias y demás labores que pueden constituir un riesgo en tiempos donde lo que prima es el resguardo.

Algunas de estas actividades resultan llamativas, como el acto que encabezó esta mañana el gobernador Omar Perotti para presentar nuevos patrulleros. El evento requirió la presencia de varias personas, lo que despertó el cuestionar de periodistas y ciudadanos: ¿era necesario hacer el acto?

Si bien durante el evento se respetaron normas de distanciamiento, el sentido común parecía indicar que no era momento para realizar este tipo de convocatorias.

Además en el mes de enero se decretó el cese de actividades en la administración pública provincial sin mediar situaciones de crisis, por eso sería adecuado que en estas circunstancias se hiciera lo mismo habilitándose guardias para casos puntuales y para las tareas de control que demanda la pandemia.