Durante los cinco años que Esteban Alvarado estuvo detenido en distintas cárceles bonarenses recibió una procesión constante de visitas que despertaron el asombro de sus investigadores. A partir de 2013 la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) elevó a la Justicia Federal de Rosario 14 informes, para un expediente que se paralizó en 2015, donde destacaban las conexiones de Alvarado con el negocio de las drogas. Uno de los puntos llamativos para esta pesquisa eran los nombres de los que se acercaban los fines de semana a acompañar en esos momentos difíciles a quien hoy es tenido como un actor primordial de la criminalidad local. Lo que detectaron de manera simple es que entre los visitantes se contaban una mayoría de personas con abolengo en el narcotráfico rosarino.

   En la primera etapa de detención de Alvarado, que cayó en agosto de 2012 como líder de una organización que robaba autos de alta gama en el conurbano bonaerense, las visitas acudían a la cárcel de Campana, y a partir de 2014 a la unidad 17 de Urdampilleta, en el partido de Bolívar. Por fuera de los familiares directos, en el registro de ingresos a ambos presidios se cuentan hombres con condena por comercio de drogas de distintas zonas de Rosario y recorridos en el delito. Algunos de ellos están presos. Otros fueron asesinados. Otros progresaron desde sus vínculos con el hampa y hoy son empresarios legales.

Interbarrial

A los ojos de sus actuales investigadores este es un colorido mosaico. Personas de distintas procedencias sociales, con diferentes trayectorias, la mayoría enroladas en el comercio de drogas. Una suerte de interbarrial narco, al decir de los pesquisas, unidos por las excursiones hacia Campana y Urdampilleta, donde veían al mismo recluso.

   En el listado de visitas de Alvarado aparece por ejemplo Gustavo “Tuerto” Cárdenas, un hombre de la zona oeste, que en abril del año pasado fue condenado por la Justicia Federal a nueve años de prisión por tráfico de drogas. Se lo acusaba de regentear un búnker de la zona de Tarragona al 1100. Cárdenas estuvo imputado por el crimen a balazos de Roberto del Valle Padilla Echagüe, conocido como “El tuerto Boli”, el 4 de diciembre de 2012, ocurrido a 50 metros de la comisaría 17ª de Fisherton.

   También se arrimaba allí un hombre fuerte de la barra brava de Rosario Central sentenciado por comercio de drogas. Se trata de Mario Sebastián “Gringo” Visconti, quien el 2 de junio de 2016 recibió una visita decisiva en su casa. Fue a ocho días de que a Julio “Cara de Goma” Navarro, otro referente de la hinchada auriazul, lo ejecutaran en barrio 7 de septiembre. “¿Salís solo o entramos?”, le dijeron a Visconti sus visitantes. El Gringo salió por las suyas y horas después su cuerpo apareció con nueve tiros en un camino secundario de Ibarlucea.

   Visconti había tenido diferencias con el histórico jefe de la barra canalla Andrés “Pillín” Bracamonte. También Pillín acudió varias veces a encontrarse con Alvarado a la cárcel de Campana, según refiere el registro de visitas al penal del Servicio Penitenciario Federal.

Arroz y cocaína

A ese presidio se acercó a visitar a Alvarado el médico oncólogo Gabriel Zilli, que fue detenido en su casa de Arroyito en agosto de 2015, en el marco de la causa conocida como “narcoarroz”. En un hueco del cielo raso de la casa del médico se hallaron cuatro kilos de cocaína. Zilli contaba con alguna popularidad al participar en micros televisivos en Rosario por su especialidad clínica. El juez federal porteño Sergio Torres lo consideró integrante de una célula que intentó traficar un cargamento de cocaína hacia Guinea Bissau, en el Africa meridional, con destino final en Portugal. La cocaína estaba en una sola de las 920 bolsas de arroz, de 50 kilos cada una, encontradas en el depósito fiscal Binder SRL de Rosario.

   Visitaron asimismo asiduamente a Alvarado en la cárcel Ricardo Ianni y José Luis Di Marco. Ambos fueron detenidos por transporte de estupefacientes agravado el 24 de noviembre de 2017 en el marco de un operativo de la policía rionegrina al norte de General Roca, donde se secuestraron 493 kilos de marihuana. Luego fueron condenados en esa causa, por la cual en diciembre pasado a Alvarado se lo imputó como organizador de ese envío. A Ianni y Di Marco en junio pasado los implicaron en la asociación ilícita de Alvarado. Los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra consignaron en la audiencia que Ianni declaró como domicilio una finca de Roldán que Alvarado tiene como domicilio fiscal ante la Afip.

   Otro visitante fue Guillermo Roberto Giovagnoni, de 29 años, que tenía prontuario por robo de automotor y narcotráfico. La noche del 31 de enero de 2013 Giovagnoni entró con su camioneta en la estación de servicio de Juan José Paso y Provincias Unidas, en Empalme Graneros, perseguido por dos en una moto. Estos le descargaron una ráfaga de disparos. Giovagnoni murió tras recibir seis tiros, dos en la cabeza y cuatro en el tórax.

La banda del francés

Idéntica suerte corrió Carlos Alejandro “Cali” Paz”, asesinado el 27 de julio de 2016 frente a su negocio en Schweitzer al 6800, cuando desde una moto le pegaron tres balazos en el abdomen. Unos meses antes de ser ejecutado Paz vio a Alvarado en Urdampilleta. Al morir tenía 44 años y largo historial en el hampa local. En septiembre de 2003 había sido condenado como parte de la banda de “El francés” Thierry André Polus, radicado a intervalos en Granadero Baigorria y sindicado como “El rey de la marihuana”, por abastecerse de esa sustancia en Paraguay y colocarla en Santiago de Chile.

   Otras dos personas exterminadas con brutalidad fueron visitantes intramuros de Esteban en Campana. Uno fue Darío Fernández, apodado “Oreja”, que la noche del 28 de noviembre de 2015 apareció con un balazo en la cabeza en un baldío de Barrio Rucci, cuando tenía 22 años. Se lo señalaba como sicario de Alvarado y en numerosos informes sin origen claro se lo señaló como ejecutor de Luis Medina. El segundo visitante, primo del Oreja, era Emanuel José “Ema Pimpi” Sandoval, condenado como ideólogo del atentado a balazos a la casa del ex gobernador Antonio Bonfatti en 2013. Ema Pimpi fue ultimado en noviembre pasado en una casa de La Florida, en un hecho de triple homicidio. El atentado a la casa de Bonfatti fue 15 días después de la última visita de Ema Pimpi a Alvarado en Campana.

 
 
Comando Vermelho

También pasaron los portones para ver a Esteban personajes de linaje más exótico. Uno de ellos es Mario Puchetta, a quien se adjudica pertenencia a la organización brasileña Comando Vermelho. En uno de los informes elaborados por el comisionado Maximiliano Lencina de la PSA para la Justicia Federal se incorpora una crónica periodística que indica la detención de Puchetta en Presidente Franco, Paraguay, como encargado de manejar en la Triple Frontera la logística de cargas de marihuana, cocaína y armas que se remitían a Rio de Janeiro. El texto lo señala con tres identidades: Jorge Fretes, Mario Pucheta o Juan Pucheta Martínez, “considerado uno de los operadores logísticos de Fernandinho Beira Mar, líder de la organización criminal Comando Vermelho y preso actualmente en una cárcel de máxima seguridad en Mato Grosso”.

   Entre otros visitantes figuró Jonatan Previtera, a quien el legajo de la PSA le atribuyó ser contacto a la vez de Medina con Alvarado, captado además en escuchas telefónicas de la causa que llevó a prisión a Alvarado en 2012 por robo de autos, requeridas por el fiscal de San Isidro Patricio Ferrari. Previtera estuvo en Rosario el año pasado donde recibió el sobreseimiento por prescripción de una muerte que provocó en un accidente. Según informes de Inteligencia hoy es dueño de una agencia de autos en Tenerife, España.

   Otro de rutinaria llegada a las cárceles de Campana y Urdampilleta fue José Arandia Chinen, conocido como negro José, a quien los informes de la PSA a la Justicia Federal de Rosario de 2014 lo sindicaban como sicario de Alvarado. En el Ministerio Público de la Acusación de Rosario (MPA) verificaron que este hombre tuvo causas por homicidios, que viajaba de manera constante a Bolivia y que era de muy estrecha relación a Luis Medina. El comisionado Lencina de la PSA informó ese mismo año a la Justicia Federal que Arandia Chinen era del entorno de Alvarado. Apuntó en un informe que residía en Fisherton en una casa de importante porte vigilada por un circuito cerrado de TV con cámaras fijas y domos. Observaba asimismo que no tenía actividad laboral ni comercial inscripta en Afip.

   El arquitecto Miguel G. que realizó las construcciones para Alvarado en Puerto Roldán, bajo investigación de MPA, era asimismo concurrente a las prisiones bonaerenses.

Inferencias

Que muchas de estas personas hayan sido frecuentes visitantes de Alvarado en la cárcel no supone ningún delito. Pero, observan en distintos organismos de seguridad e investigación, otorgan veracidad a los informes detallados de la PSA, donde desde 2013 se enumeraban en la Justicia Federal las personas conectadas con Alvarado, varias de los cuales terminaron recién en 2019 presos en la Justicia provincial por pertenecer a su asociación ilícita presunta. En resumen de un jerárquico de la PSA: “Si a Alvarado lo visitaban todo el tiempo pesados del campo narco de Rosario, varios de ellas con condenas, hay que hacer un esfuerzo para pensar que el visitado no estaba ligado a ese mundo”.