Circula en Facebook una nota del portal La Voz (de Paraná, provincia de Entre Ríos) que indica que la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, “disolvió la Subsecretaría de Lucha contra el Narcotráfico” de la cartera que conduce desde el 10 de diciembre de 2019, día en el que juraron los funcionarios del gabinete del presidente de la Nación, Alberto Fernández. Chequeado corroboró que esta información es verdadera.

A fines de 2019 se dio a conocer el nuevo organigrama del Estado nacional, diseñado luego de la asunción de Fernández como Presidente. De acuerdo con este nuevo mapa de la Administración Pública, el Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Frederic, cuenta con 8 subsecretarías. Ninguna de ellas es la Subsecretaría de Lucha contra el Narcotráfico, que funcionaba hasta entonces.

Desde la cartera de Seguridad explicaron a Chequeado que en el nuevo esquema organizativo del Ministerio, la Subsecretaría de Lucha contra el Narcotráfico es una Dirección dentro de la Subsecretaría de Investigación Criminal y Cooperación Judicial, que a su vez depende de la Secretaría de Seguridad y Política Criminal. Es decir, que al área encargada de la lucha contra el narcotráfico se le bajó el rango, con lo que esto implica.

A modo de ejemplo: la máxima autoridad en una cartera es el ministro. Por debajo vienen las secretarías que, a su vez, están compuestas por subsecretarías. Estas subsecretarías tienen, por debajo, direcciones nacionales. Los directores nacionales constituyen “la más alta jerarquía administrativa, o sea, meramente técnica y desprovista de factor político: son funcionarios que gozan de estabilidad y que no pueden ser removidos sino por las causas que la ley establece, igual que los demás funcionarios estables”, señala el abogado administrativista Agustín Gordillo en uno de sus libros. La disminución del rango de subsecretario a director implica, entonces, una delegación de las facultades en el funcionario superior.

Esta Subsecretaría de Investigación Criminal y Cooperación Judicial “reúne la totalidad de las investigaciones de delitos federales”, aclararon desde el Ministerio, y está a cargo de Valentina María Novick. Señalaron, además, que la Dirección Nacional de Lucha contra el Narcotráfico aún no cuenta con una autoridad designada.

Expresaron que “el área específica y calificada de lucha contra el narcotráfico mantiene la misma estructura que la de la gestión anterior”; y detallaron que “se encarga del análisis técnico y del control de precursores químicos, y del registro de esos precursores; continúa su cooperación judicial con los ministerios públicos en cada una de las actuaciones relacionadas con el narcotráfico y sigue trabajando, a través del área de Cooperación Internacional, y en función de los convenios suscriptos por Argentina, con los diferentes organismos relacionados con la lucha contra el narcotráfico de otros países”.

Incluso, si bien no existe normativa publicada en el Boletín Oficial que especifique que la Dirección está por debajo la subsecretaría mencionada, existe una resolución del Ministerio de Seguridad de los últimos días con modificaciones vinculadas a precursores químicos que lleva la firma de Novick.

La decisión de la funcionaria fue criticada por la Unión Cívica Radical (UCR). Alfredo Cornejo, ex gobernador de Mendoza y diputado nacional, firmó un comunicado el 30 de diciembre último en el que advirtió: “¿Qué propuesta tiene la ministra en la lucha contra el narcotráfico? Disolver un órgano dedicado a enfrentar ese delito no parece el mejor plan, es el peor de todos los planes”.

Vale la pena mencionar que el área había sido creada por medio del Decreto 48/2014 el 14 de enero de 2014, durante la gestión de Cecilia Rodríguez al frente del Ministerio de Seguridad durante la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. El 20 de febrero de 2014, mediante el Decreto 210/2014 había sido designado como encargado de la subsecretaría Nicolás Dapena Fernández. Durante la gestión de Cambiemos, en la que Patricia Bullrich fue la ministra de Seguridad, estuvo a cargo de Martín Verrier.