Advertía que en zonas de quintas de Batán, a menos de 20 kilómetros de esta ciudad, bandas dedicadas al narcotráfico controlaban la zona para la venta de cocaína y ostentaban autos e inmuebles que en nada sintonizaban con el perfil del lugar, dominado por gente humilde y de trabajo.

El avance de la pesquisa, que demandó casi un año y medio, condujo al golpe que, con intervención judicial y apoyo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), marcó un hito para esta región: la captura de cinco presuntos miembros de una organización criminal y el secuestro de 115 kilos de cocaína de máxima pureza y una suma millonaria en efectivo, tanto pesos como dólares. Otros 15 sospechosos permanecen prófugos.

"Es el golpe al narcotráfico más importante que hemos dado en Mar del Plata y la zona", afirmó Bullrich, que pasó por esta ciudad para presentar los resultados de esta causa que llevó adelante el juez federal Santiago Inchausti con el aporte del auxiliar fiscal Hércules Giffi, de la fiscalía federal N°2 subrogada por Manuel Portela.

Se asegura que la banda fue desbaratada por completo ya que se atacó tanto este extremo cercano, vinculado al fraccionamiento y el narcomenudeo, como la punta de producción que tenía origen en la frontera argentina con Bolivia.

 
El operativo se bautizó "Papa lavada" y la denominación tiene que ver con que el acopio de la cocaína se hacía en quintas y campos de una zona agropecuaria por naturaleza, con fuerte peso de la producción papera.

Una mujer de nacionalidad boliviana aparece señalada como líder de la organización. Es quien cayó el viernes pasado durante un procedimiento en la autovía 2, cuando estaba bajo seguimiento de efectivos de la PSA a partir de datos recolectados en este expediente. Fue interceptada ante una maniobra sospechosa y dentro del vehículo que conducía fueron secuestrados un total de 65 bultos de cocaína.
 

A partir de esta intervención se pusieron en marcha más de 20 allanamientos que ya estaban autorizados por la Justicia, aunque a la espera de avances fundamentales tendientes a ampliar el alcance y las ramificaciones de esta organización. Los procedimientos tuvieron lugar en Mar del Plata, Batán, Buenos Aires, Bahía Blanca y Salta.

Así se completó la incautación de 115 kilos de cocaína, 230 kilos de hojas de coca, 31 kilos de bicarbonato de sodio, más de un millón y medio de pesos en efectivo, 65.000 dólares, 35 teléfonos celulares, siete automotores, dos armas de fuego y elementos utilizados para el fraccionamiento de la droga.

Aquella denuncia anónima disparó esta causa en la que, ahora, se esperan más novedades, ya que están avanzadas las acciones para dar con algunos de los prófugos. Entre los cinco detenidos hay tres bolivianos, un paraguayo y un argentino.

Autoridades de la PSA destacaron las dificultades que afrontaron para sumar evidencias e identificar a los miembros de esta banda ya que operaban en zonas descampadas, de muy difícil acceso y con muy bajas condiciones para el funcionamiento de telefonía celular, lo que dificultó mucho las escuchas que habilitaba la Justicia.

La droga se transportaba en camiones, camuflada en cajones con verduras y hortalizas. El punto de partida era San Ramón de la Nueva Orán, Salta, y desde allí bajaban con escalas en Escobar y punto final en Batán, donde la organización había consolidado su base de operaciones y donde, en buena medida, sus integrantes se hacían notar por la calidad de sus bienes, en su mayoría vehículos lujosos que llamaban mucho la atención de los vecinos.

Los pasos lentos pero firmes que dio la investigaciones permitieron a los agentes de la PSA establecer que la droga era transportada por vía terrestre desde el norte salteño. Con la carga siempre camuflada en cajones que dejaban a la vista verduras, frutas y hortalizas, la banda apenas enfrentaba dificultades en los controles carreteros.

El traspaso de la droga a la conexión marplatense de la banda se hacía en plena vía pública y la recepción de los envíos siempre era supervisada por quien está considerada como la líder de la banda. Era ella, además, quien distribuía los envíos para Mar del Plata, Buenos Aires, Bahía Blanca y Punta Alta.

La investigación también avanzó sobre el blanqueo de las ganancias espurias que la organización obtenía por la venta de cocaína. Cuando restan aún muchos datos por procesar, los pesquisas trabajan en la identificación de propiedades de categoría en las que los miembros de la banda habrían volcado el dinero generado por sus negocios ilícitos, con el fin de "lavarlo".

"Es, sin dudas, el mayor secuestro de cocaína en esta región", insistió Bullrich, que estuvo acompañada por el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco; el jefe de la PSA; Alejandro Itzcovich Griot, y el diputado nacional Guillermo Montenegro, exjuez federal y candidato a intendente de General Pueyrredón por Cambiemos.

Lo que más llamó la atención es que en la zona se pudiera secuestrar una importante cantidad de hojas de coca. Si bien no se encontraron elementos que permitan confirmar que así sea, se especula con que en próximos rastrillajes que surjan de nuevos datos se podría dar con "cocinas" para la producción de clorhidrato de cocaína en la zona
 

 
Por: Darío Palavecino