El Gobierno optimista: ¿está realmente cerca el fin de la recesión?

El panorama económico argentino presenta una matiz de esperanza y cautela. El Gobierno ha manifestado su optimismo respecto al término de la recesión que comenzó en 2023, sosteniendo que los indicadores económicos pronto mostrarán una recuperación sólida. Sin embargo, los últimos datos del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) del Indec revelan una situación complicada, con un avance leve en la actividad de agosto que contrasta con la desaceleración respecto a julio.

El EMAE reporta que, de los últimos cuatro meses, tres mostraron un crecimiento en comparación mensual, pero el ritmo de esta recuperación es inconsistente. En términos anuales, la caída promedio es del 3,8%, afectando varios sectores cruciales como la construcción (-18%), comercio (-7,9%) e industria (-6,7%). En contraste, sectores como energía, agro, minería y pesca han registrado incrementos significativos, destacando un crecimiento de hasta el 17,1% en el ámbito pesquero.

Desde el Palacio de Hacienda, se sostiene que la parte más difícil de la recesión ha quedado atrás. Martín Vauthier, director del BICE, afirmó que los datos tienden a indicar el final del ciclo recesivo que comenzó en julio de 2022. Sin embargo, algunos indicadores de septiembre muestran una reversión, con caídas en la recaudación de IVA y del impuesto al cheque, del 10,8% y 13,5% respectivamente, sugiriendo que la recuperación aún no es robusta.

El índice de confianza del consumidor de la Universidad Torcuato Di Tella también ha reflejado una caída del 4,5% en septiembre, contrastando con un aumento del 1,6% en agosto. Aunque hay señales de estabilidad en algunos indicadores, como la producción de carne vacuna y la producción metalúrgica, el panorama general se presenta complejo.

A medida que se vislumbran esfuerzos por recuperar el poder adquisitivo del salario, que se había visto afectado en los últimos meses, la consultora LCG advierte que este repunte aún no ha logrado impulsar el consumo de manera significativa. Se estima que, para el final del año, el crecimiento será débil y dispar entre los sectores, con una caída de la actividad proyectada por encima del 3,5%.