La economía se ve afectada por una escalada de precios que impacta directamente en el bolsillo de los inquilinos. La derogación de la Ley de Alquileres de 2020 ha desencadenado un aumento récord en los contratos de alquiler, con un incremento del 221% que entrará en vigor en mayo. Esto significa que los inquilinos se enfrentan a pagos significativamente más altos, como se refleja en ejemplos concretos de aumento de alquileres en distintas categorías de vivienda.

Este incremento se calcula mediante el Índice de Contratos de Locación (ICL), que combina las variaciones mensuales del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y el de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte). Aunque el ICL sigue siendo menor que la inflación, su aumento constante indica una pérdida de poder adquisitivo para los inquilinos en relación con la inflación promedio.

A pesar de que algunos barrios de Buenos Aires han experimentado descensos en los precios de los alquileres para nuevos contratos, los valores iniciales siguen siendo elevados, lo que complica la situación económica de los hogares. La oferta de alquileres ha aumentado significativamente desde principios de año, con un crecimiento del 134%, según datos del Observatorio Estadístico del Colegio Profesional Inmobiliario.

Se estima que actualmente hay cerca de 15.000 inmuebles disponibles en varios portales especializados, aunque la mitad de estas opciones se ofrecen en dólares. Esta situación refleja un cambio en el mercado de alquileres, con una mayor disponibilidad de departamentos en distintos barrios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, aunque los precios continúan siendo elevados.