En medio de crecientes tensiones políticas, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, reaccionó ante las acusaciones de "rebelión fiscal" impulsadas desde el oficialismo nacional y sectores liberales. Desde su entorno, se denunció que esta polémica se gesta como una estrategia para distraer la atención de la ciudadanía en momentos de crisis económica y social.

Durante la inauguración del Jardín de Infantes N°931 en Malvinas Argentinas, Kicillof defendió la gestión de los impuestos provinciales, destacando su destino en la construcción de infraestructuras educativas. Enfatizó que, a pesar de las dificultades económicas, se continúa invirtiendo en la educación pública como prioridad gubernamental.

El ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, respaldó estas declaraciones, criticando la estrategia del gobierno nacional de buscar un enemigo político para desviar la atención de problemas como la inflación y la pérdida de ingresos. Similar postura expresó Cristian Girard, titular de ARBA, quien señaló que los ataques al gobernador buscan distraer la discusión sobre temas económicos fundamentales.

Desde la Provincia, se afirmó el compromiso de mantener la estabilidad económica y se rechazaron las acusaciones de "rebelión fiscal" como una maniobra de distracción. Se hizo hincapié en la responsabilidad asumida por el gobierno provincial para cubrir pagos que la administración nacional no efectuó.