Para comenzar, la letrada afirmó que en el país “es legal donar embriones y es un acto de amor de parte de quienes han cerrado sus ciclos de familia y han decidido darlos para quienes no pueden”. En ese marco, detalló que los mismos pueden ser entregados “de forma directa o en centros de reproducción asistida”.

“Uno con sus embriones puede donarlos a la ciencia, criopreservarlos, donarlos a otras familias o destruirlos”, destacó. Por otro lado, planteó que cuando se entregan “lo más importante son los consentimientos previos libres e informados que se firman”. “Cuando uno lo hace de esa forma, a través del Ministerio de Salud, no existe un vínculo (entre los donantes y la persona) porque lo que vale es la voluntad”.

Respecto a la donación de embriones a la ciencia, Quaini atendió: “Si son formados por gametos propios la gente suele ser más reticente a entregarlos, pero si es al revés, suelen ser brindados. Es una cuestión de que dicen que ‘no quieren que haya algo suyo dando vueltas por ahí’ y es algo totalmente respetable”.

Por otro lado, la abogada explicó lo que se da en otros países y ejemplificó “en Países Bajos obligan a que cuando el chico cumple 18 años pueda saber quién fue el donante, y no los padres. Los jóvenes quieren saber de dónde vinieron”. “La persona lo puede atender o no. El chico tiene la información. Conozco historias en Estados Unidos de personas que donaban mientras eran estudiantes por temas económicos y luego han mantenido relación con sus padres biológicos”, completó.

Para concluir, destacó que “en determinados casos se puede acceder a que el Centro de Reproducción Asistida indique los donantes para un trasplante de médula o ese tipo de cuestiones. Muchas veces se explica y ni siquiera se necesita llegar a instancias judiciales”.